jueves, 28 de octubre de 2010

Requiem por FJM

Porque el silencio, a veces, cobra un valor inusitado, y eleva a quien lo practica hasta alturas insospechadas.

Porque Fernando Albújar, Justo Albújar y Manuel Guarniz durante la guerra del Pacífico prefirieron a la delación, el silencio; a la libertad, la carcel; a la paz, el martirio; a la vida, la muerte.

Porque Fernando, Justo y Manuel con su blanco ejemplo se instalaron en la memoria colectiva como uno de los más importantes íconos de la identidad guadalupana.

Por eso hoy festejo, no su muerte, sino su nacimiento como héroes de la guerra del Pacífico; festejo, no su muerte, sino su nacimiento como íconos culturales guadalupanos.

A su memoria, a su vuelo infinito hacia el parnaso de los héroes peruanos, dedico mi canto titulado: Los Héroes del Silencio.

sábado, 17 de abril de 2010

Canto a Guadalupe

Guadalupe, mi amor hecho canto por ti se llama TIERRA MILENARIA, una canción creada sino mal recuerdo el 1993 más o menos, !hace 17 años!

Han pasado casi dos décadas y esta canción apenas es conocida por unos cuantos. Como ven, los aportes no canónicos se asimilan a paso de procesión, a paso de tortuga. Y no es que no haya hecho nada por difundirla; simplemente sucede que hay una sutil resistencia en todos los niveles.

Que cumplas mil años más... pues aunque yo no esté contigo para festejarlos sonará en tu oído eternamente mi canto, a pesar de todo.

Feliz aniversario de FUNDACION OFICIAL ESPAñOLA, no de fundación como pueblo. Tu fundación como pueblo, Guadalupe, se hunde en los milenios, en tu tiempo prehispánico.

Tierra Milenaria
(1993)


Guadalupe

tierra querida

tierra amada donde crecí


Tierra donde los moches

construyeron en el pasado

un gran porvenir

Tierra florida

tierra milenaria

tierra querida que nunca se te olvida


Los vientos de la Barranca

zampoñan los labios

del simio durmiente que es el gran cerro Azul


Pa’l pueblito de Anlape

que siglos antes

floreciera en falda del cerrito Namul


Hoy tierra de héroes

de historias milenarias, filántropos, santos y de hombres

que aroma el arrozal


Tierra donde las flores no quieren morir

van dejando sus raíces en la tierra para mí

al igual que el pueblo moche me dejó su Pakatnamú

jueves, 15 de abril de 2010

Guadalupe, Tierra Milenaria

Después de algunos años me he dado cuenta que mi blog personal parece más bien el blog de Guadalupe. La razón, hoy que la pienso, resulta sencilla: Guadalupe está en mí. Por eso será que sin importar donde haya ido me he llevado a Guadalupe conmigo. He pensado en Guadalupe en Guadalupe, bajo la sombra del guabo que se erguía en el corral de la casa de la abuela, hasta mis 9 años; he pensado en Guadalupe en Semán, ese pueblito arrocero que vio corretear entre sus callecitas de polvo hasta mis 17 años; he pensado en Guadalupe en Laredo, ese pueblo azucarero testigo de mis insomnios universitarios hasta mis 26 años; he pensado en Guadalupe en Puerto Rico, aquella breve isla caribeña que me facilitó mis estudios de postgrado hasta mis 36 años; he pensado en Guadalupe en Lima, la panza de burro, mientras ejercía la docencia universitaria hasta mis 39 años; hoy mismo pienso en Guadalupe en Trujillo, aquella ciudad que durante mi época universitaria me parecía tan lejana e inaccesible.

No soy Abraham Valdelomar, pero bien podría decir tímidamente que yo soy Guadalupe, porque sin importar en qué momento contemple mi vida, Guadalupe aparece, sino como actor, como un grato telón de fondo, como una brisa.

Hoy, 15 de abril de 2010, a 460 años de la FUNDACION OFICIAL ESPANOLA de Guadalupe, inauguro este blog propio de Guadalupe, el cual viene a llenar el vacío dejado por la desaparición repentina de la página Guadalupe, Tierra Milenaria, debido a la clausura del servidor GEOCITIES en octubre del año pasado, en donde dicha página estaba alojada de manera gratuita.

Bienvenido a este espacio de crítica y análisis sobre el pueblo que desde siempre me quita el sueño, pero que desde siempre me insufla vida. Bienvenido a este espacio de amor por Guadalupe, pero no de un amor ciego y trasnochado, sino de un amor que no obnubile mi pensamiento, que no me prive señalarle a Guadalupe sus tristezas y sus carencias que desde siempre han sido mías, desde siempre me han dolido.