viernes, 15 de abril de 2011

Breve Retrato de la Ciudad de Guadalupe...

En la costa norte del Perú, a 692km de lima, a 10hr en autobús, se encuentra GUADALUPE[1]; ciudad cálida, de unos 37,000 habitantes[2]. Su gente bonachona, propia de los pueblos norteños, de trato familiar y suelto, hacen sentir al visitante como si fuera viejo compueblano. Descansa a una altura de 92 msnm, sobre las coordenadas 7˚ 14’ 30” (latitud sur) y 79˚ 28’ 06” (longitud oeste), abarcando un área aproximada de 243km². Por el norte limita con Pueblo Nuevo y Pachanga; por el sur, con San José y Jequetepeque; por el Este, con Chepén y Contumazá; y por el Oeste con el océano Pacífico.


Los sencillos balnearios de La Barranca, Playa Chica, Las Cruces, La Bocana[3], con sus arenas y aguas limpias, soleadas, a no más de una hora del pueblo, en verano se vuelven corazones de esparcimiento y regocijo para niños y adultos, foráneos y lugareños. Los sitios arqueológicos de Pakatnamú, Farfán, Caracoles, Singán[4]… mudamente atestiguan la historia prehispánica. Omnep, Anlape, guardan la historia del sincretismo cultural acaecido tras la llegada de los españoles. El Cerrito de la Virgen, El Complejo Arquitectónico de San Agustín, La Feria y Romería en Honor a la Virgen de Guadalupe, testimonian la arraigada tradición religioso-pagana[5]. El arco, el Mausoleo, el monumento y la casa museo de los Albújar y Guarniz, testimonian el ejemplar acto heroico practicado por dos jóvenes guadalupanos, y uno jequetepecano, durante la guerra del pacífico; y el gran desfile, en honor a éstos, que se realiza todos los 28 de octubre, dan cuenta del fervor cívico-patriótico guadalupano. Las casonas coloniales, hablan del arte arquitectónico que nos legaron los españoles. Las vacas locas, la quema de troncos, Los Mamarrachos, las viudas, los pastores, los nacimientos, son expresiones tradicionales que alegran el fin de año.


Guadalupe es un pueblo que cuenta con dos cerros emblemáticos.: El Cerro Azul[6], cuya silueta desde ciertos lugares estratégicos (desde Seman, por ejemplo) parece la silueta de un simio durmiente, imagen digna de una postal, digna de un calendario. El cerro Namul[7], cerro que parece haberse escapado de alguna cordillera, cerro que parece un volcán dormido, cerro de actual filiación religiosa. Ambos cerros representan potenciales recursos turísticos, que esperan ser integrados al circuito turístico.


Guadalupe, clavado en el corazón del valle del Jequetepeque, goza de un clima variado y exquisito que es regulado por la hilera de cerros que se levanta majestuosamente entre él y el océano pacífico. Guadalupe yace rodeado de fértiles campos de sembrío, en donde se yerguen, cual lunares, los centros poblados de Semán, La Calera, Limoncarro[8]... los cuales le inyectan gran vida y dinamismo. Guadalupe, relativamente hablando, es un pueblo tranquilo[9], donde los vecinos aun se conocen entre sí, sino muy bien, aunque sea de nombre y/o de vista. En Guadalupe aun los vecinos no padecen del enajenamiento típico de las grandes urbes.


Si bien se ha vuelto tradicional llamarle a Guadalupe La Cuatricentenaria Ciudad de Guadalupe, en clara alusión a su fundación y ascendencia españolas, es necesario aclarar a propios y foráneos que la fundación española no creó, ni inventó al hombre guadalupano; el guadalupano vivía aquí desde hace milenios vestido con sus propias tradiciones y costumbres como una comunidad de indios. La fundación española representó un simple acto de fundación formal[10] de un pueblo que pre existía a la llegada de los españoles. Esta pequeña comunidad prehispánica, asentada en Omnep, es la que junto con los padres agustinos se asentaría luego en Anlape, en las faldas del cerro Namul; comunidad que finalmente se asentaría en lo que hoy es la actual plaza de armas de Guadalupe. No hay que olvidar que este pueblo milenario recién adopta el nombre de Guadalupe, el cual perdura hasta el día de hoy con variaciones leves, el año 1562, cuando la imagen de la virgen de Guadalupe arriba a estas tierras desde Extremadura, España. Es en memoria y tributo a estos abuelos prehispánicos víctimas del olvido y/o desden de sus propios nietos y autoridades, víctimas de una historia blanqueada, víctimas gratuitas en nombre de un abolengo hispano, que desde hace casi dos décadas difundo, exclamo: Guadalupe, tierra milenaria[11].


Guadalupe es un pueblo cuyo nombre debió ser quizá Omnep[12], Anlape, Singan… en aras de un nombre que no sugiriera el olvido de nuestra herencia prehispánica, en aras de un nombre único o poco común[13], en aras de un nombre con mayor identidad y/o menor confusión identataria.


Guadalupe es la tierra de Caribeños de Guadalupe[14], orquesta cumbiambera que ha redefinido el derrotero de la cumbia peruana, que la sacó del letargo en el cual la cumbia peruana había sucumbido. Guadalupe es la tierra de Marina Mora, mujer que se convirtiera el año 2001 en la tercera mujer más bella del mundo. Guadalupe es la tierra del sanguche de pavo, según testimonio desinteresado de propios y extraños. Guadalupe es el distrito con la mayor cantidad de tierra destinada al sombrío de arroz de la provincia de Pacasmayo[15]; Guadalupe produce uno de los mejores arroces del Perú. Guadalupe es un pueblo milenario y mestizo.


Guadalupe es un pueblo donde muchos de sus hijos por iniciativa propia, contando a penas con sus ganas y anhelos, han ido forjando un continuo movimiento cultural[16]. Esta continuidad se da vía Suma Pacha, Inka Amaru, Raíces del Pakatnamú, Llakinay, Arte Pueblo, Muchik, Runakay, Namul, etc. Guadalupe ha tenido el privilegio de ser sede del V Encuentro Nacional de Escritores (1986) y del V Encuentro Nacional de Decimistas (1995). Guadalupe ha tenido el privilegio de ser motivo literario de don Ricardo Palma y de ser visitado por Abraham Valdelomar Pinto. Guadalupe espera que se institucionalice y/o municipalice el apoyo económico en pro de los proyectos culturales[17].


Guadalupe es un pueblo que goza de una excelente ubicación geopolítica: descansa en el corazón del valle Jequetepeque; es atravesado, de norte a sur por la panamericana norte, esa vía de apertura económica hacia toda nuestra costa; posee, en Ciudad de Dios[18], la puerta de acceso hacia la serranía cajamarquina. Estos elementos geopolíticos estratégicos justifican a la ciudad de Guadalupe como un polo natural de desarrollo económico; estos elementos justifican a la ciudad de Guadalupe como ciudad proyecto. Sí, porque Guadalupe a pesar de sus 461 años de fundación española, es todavía un pueblo que busca encontrarse con su pasado, con su presente y su futuro. Guadalupe es un proyecto factible, viable, que ansia concretarse en aras del bienestar y desarrollo económico y cultural de sus habitantes. Sin embargo, Guadalupe es un proyecto en el que opera apenas un banco, el de la nación; en el que opera, desde hace apenas un año, el primer y único cajero automático; en el que su mercado central ya parece un simple mercadillo[19]. Guadalupe es un pueblo cuya excelente ubicación geopolítica explica por sí sola, quizá, el porqué sus fronteras históricamente vienen siendo desmembradas, carcomidas, cercenadas, mordisqueadas por pueblos vecinos.


Guadalupe es un pueblo que no sólo es el centro, Guadalupe es el centro más todos los asentamientos humanos y centros poblados que han crecido a su alrededor[20]. Es un pueblo que en los últimos 5 años se ha convertido en el nuevo hogar de casi 3,600 personas, de las cuales casi la mitad son de Cajamarca. Es un pueblo en el que casi 1,500 personas son itinerantes, vienen y van[21]. Es un pueblo en el que casi 3,800 personas viven en la zona rural. Es un pueblo en el que casi 33,000 personas saben leer y escribir, mientras casi 4,000 no lo saben. Es un pueblo en el que casi 100 personas no tiene como lengua materna al español. Es un pueblo en el que hay casi 18,500 hombres y 18,500 mujeres. Es un pueblo en el que casi 11,000 personas se dedican a estudiar. Es un pueblo en el que casi 3,300 personas trabajan como peones, casi 1,100 como pequeños comerciantes, casi 1,000 como agricultores, casi 1,000 como conductores de vehículos a motor. Es un pueblo en el que casi 500 personas son profesores. Es un pueblo en el que casi 21,000 personas profesan la fe católica. Es un pueblo en el que casi 12,000 personas tienen un puesto de trabajo, mientras que casi 1,000 no lo tienen. Es un pueblo en el que casi 24,000 personas son adultas, casi 5,000 son adolescentes, casi 8,000 son niños[22]. En suma, Guadalupe es un pueblo cuyo rostro social, económico, cultural se ha reconfigurado significativamente en el tiempo, es un caleidoscopio.


Guadalupe no es la cuna del caballo de paso peruano… fue un promotor de su crianza. Guadalupe no es la cuna de la cebada… tiene la costumbre de beberla. Guadalupe no es la cuna del cebiche de lagartija… casi nadie que conozco lo ha comido. Guadalupe no es la ciudad del ladrillo y la argamasa… es la ciudad del adobe y el barro, históricamente hablando. Guadalupe no es cuatricentenaria, ni española… es milenaria y mestiza. Guadalupe no posee una monumental plaza de armas… posee una plaza de armas amplia y hermosa. Guadalupe no tiene una feria religiosa internacional… tiene una fiesta provincial-religiosa-pagana. Guadalupe no tiene una historia acabada… tiene una historia con vacíos y fragmentada. Guadalupe no tiene historiadores (la historia es una ciencia, no es un oficio, no es un hobby), aunque sí varios hijos inquietos y amorosos con buenas intenciones por (re)conocer y dar a (re)conocer el devenir histórico de este calido pueblo norteño.


Guadalupe es un pueblo que raramente no es amado (y extrañado) por quien pisa, aunque sea una vez, sus calles y avenidas. Guadalupe es un pueblo que persigue con ojo cerrado el sueño casi utópico de ser PROVINCIA[23]. Guadalupe es un pueblo que necesita ser pensado[24], y no sólo sentido.


[1] Guadalupe se encuentra (en bus) a 2hr al norte de Trujillo, a 1hr al sur de Chiclayo, a 4hr al oeste de Cajamarca.

[2] Según el censo nacional 2007, la población de Guadalupe es de 37,239 personas.

[3] Las playas que existen a lo largo del litoral guadalupano son: La Barranca, La Bocana, El Barranquil, Playa Chica, Playa Grande, La Piola, Las Lajas, El Rinconazo, Peña Grande, La Vuelta, El Chalet.

[4] Sitios arqueológicos de Guadalupe: Pacatnamu, Farfán, Caracoles, Singan, Anlape, Namul, Chancafe, Wassi Huamán, Templete de Limoncarro, Pa-ñi. [5] Si bien el origen de la feria de Guadalupe, como comúnmente se le llama, es de carácter católico, no solo le dan vida los elementos católicos (las misas, las novenas, las veneraciones, las procesiones…); sino también le dan vida los elementos paganos (los toldos, las carruseles, los juegos artificiales, los bailes populares, los bares, las discotecas…). La feria de Guadalupe no sería tal si tan sólo se consideraran elementos religiosos.

[6] Leer mi artículo: Guadalupe, la ciudad del simio durmiente.

[7] Leer mi artículo: Namul, un cerrito solitario.

[8]El distrito de Guadalupe está conformado por los siguientes centros poblados: Guadalupe, Semán, La Calera, Mariscal Castilla, Ciudad de Dios, Limoncarro, El Tamarindo, Manuel Guarniz, Faclo Chico, Faclo Grande, Cruz de Guayabo, San Ramón, Chafán Grande, Campo Arturo, Casa Blanca, Los Mangos.

[9] En los últimos años la tranquilidad de Guadalupe se ha visto perturbada. El nivel de inseguridad ciudadana se ha incrementado enormemente; en parte, debido al propio crecimiento demográfico, debido a la propia reconfiguración económica, social, cultural que ha sufrido Guadalupe. Es necesario que las autoridades pongan atención a esta reconfiguración para poder plantear proyectos de desarrollo con posibilidad de éxito.

[10] La fundación formal de Guadalupe fue realizada por el capitán es pañol Francisco Pérez de Lescano el 15 de abril de 1550.

[11] Leer mi plaqueta: Canto a Guadalupe (2010)

[12] Leer mi artículo: El problema de llamarse Guadalupe

[13]En el mundo existen más de un par de docenas de pueblos que se llaman Guadalupe, o algo parecido.

[14] Leer mi artículo: Caribeños de Guadalupe, ¿cuánto te debo?

[15] Según el censo nacional agropecuario 1994, Guadalupe destina casi la tercera parte de su territorio ( 74km2 ) a actividades agropecuarias

[16] Movimiento un poco adormilado el último lustro. Esto sucede debido a la escasez de nuevos líderes culturales. De nada sirven nuevos danzantes, nuevos instrumentistas, nuevos profesores si no tienen como base de su formación la identidad cultural de la zona. De nada sirven nuevos danzantes, nuevos instrumentistas, nuevos profesores si no conectan el arte con la historia.

[17]Guadalupe espera que sus autoridades algún día comprendan que la palabra cultura no muerde, pero si lacera el desarrollo de un pueblo; que la cultura, y sus productos derivados, es la que dibuja el rostro de Guadalupe que viaja por el mundo; que no existe verdadero desarrollo si antes no existe desarrollo cultural; que deben presupuestar la cultura con el mismo afán con que presupuestan construir veredas, parques, calles, etc.; que los promotores culturales no son mendigos, que son trabajadores voluntarios dedicados a velar por el bienestar de las veredas, de los parques, de la cultura guadalupana.

[18] Es necesario que las autoridades guadalupanas trabajen para integrar de verdad a Ciudad de Dios a Guadalupe. El nacimiento de Ciudad de Dios obedece a un acto de reubicación, es un pueblo que fue arrancado de lo que hoy es la represa Gallito Ciego y fue literalmente transplantado en Guadalupe. Este detalle histórico, sino ignorado, soslayado por las autoridades ediles de turno explica la frágil relación existente entre Ciudad de Dios y Guadalupe, explica el débil sentimiento de identidad mutuo.

[19] ¿Por qué Guadalupe poseyendo una ubicación geopolítica privilegiada ni siquiera cuenta con un mercado mayorista? ¿Por qué no pensar en Ciudad de Dios, ese pedacito guadalupano que opera como un ombligo geográfico? ¿Por qué Guadalupe, teniendo el privilegio que tiene, sigue dejando que se fuguen sus divisas hacia pueblos vecinos?

[20] Es necesario que los alrededores se sientan parte de Guadalupe, pero que este sentimiento de pertenencia no se limite a lo geográfico. El sentimiento de pertenencia, y por tanto de identidad, se sustente también en lo económico, en lo social, en lo cultural. Es urgente plantear la siguiente pregunta: ¿Semán, La calera, Limoncarro, Ciudad de Dios, etc., se sienten realmente guadalupanos? La respuesta echaría un poco de luz sobre un tema que aun espera ser estudiado seriamente.

[21] Uno de los grandes problemas que trae consigo el movimiento migratorio es la redefinición de la identidad de Guadalupe; esta redefinición ha de tener en cuenta, ha de incluir los elementos culturales que los inmigrantes traen consigo desde sus viejos terruños. Sólo así los nuevos guadalupanos se han de ver reflejados e integrados en las manifestaciones de Guadalupe, sólo así han de sentirse identificados. ¿Si en el rostro identatario de Guadalupe los nuevos guadalupanos no se ven reflejados, no hallan rasgos comunes a ellos, cómo esperar que se sientan guadalupanos, cómo pedirles que apoyen a Guadalupe en los momentos que así sea necesario?

[22] Datos provenientes del censo nacional 2007. Las autoridades no deben soslayar estas estadísticas, sino más bien deberían tenerlas en cuenta a la hora de analizar la problemática social, económica, cultural de Guadalupe. Ignorar que Guadalupe es un pueblo que se ha reconfigurado y ampliado a todo nivel, ignorar que Guadalupe hace tiempo ha dejado de ser sólo las calles principales, ignorar que Guadalupe está conformada por una gran masa que ha migrado de otros lugares (especialmente, de Cajamarca) , es una necedad que condena al fracaso a todo análisis y a todo proyecto.

[23] Creo que si bien Guadalupe es una provincia en potencia, también creo que actualmente no reúne las condiciones para serlo. Basta de apelar a la edad, a aquello de cuatricentenaria ciudad, para argumentar el derecho a ser provincia; la edad en si misma no representa un merito, todos llegan a ser viejos, gratuitamente, sin ningún esfuerzo.

[24] Guadalupe urge una mirada desde el lente de las ciencias sociales. Guadalupe urge una mirada crítica, científica, y no sólo una mirada emotiva y consentidora.